viernes, 28 de octubre de 2011

El balneario

SINOPSIS

En los balnearios nunca pasa nada hasta que pasa. Es entonces cuando se pierden las maneras, el decoro, la templanza, el bisoñé, la salud e incluso la vida. Cada novela del ciclo Carvalho responde a un nuevo desafío circunstancial, como si el autor rechazara partir de la fórmula que ha utilizado en la anterior. Casi tres años después de "La Rosa de Alejandría", Vázquez Montalbán volvería a meter a su personaje más constante en una novela. Pero en este caso Carvalho ni viaja ni come, y tiene que ingeniárselas para poder quemar un libro a hurtadillas. Sin embargo es una novela de gastronomía, de gastronomía caníbal, podría decirse. Fábula de la conducta individual y social de "viejos" y "nuevos" europeos, escrita en clave de humor y de terror suave. Un terror de balneario.



CRÍTICA

Confieso que es la primera novela que leo de Carvalho, y así, nada más comenzar, adelanto que casi con toda seguridad, no será la última. El estilo de "El balneario", me ha recordado bastante al de Eduardo Mendoza en "El laberinto de las aceitunas". He recordado que en la crítica relativa a esa novela, escribí parte del prólogo que realizó Fernando Marías. Curiosamente en él mencionaba a Manuel Vázquez Montalbán y a la novela policíaca española, diciendo lo siguiente: "En los últimos años 70 y primeros 80, narradores como Manuel Vázquez Montalbán, dieron brío, personalidad propia y razón de ser a esta fórmula con la creación de personajes y títulos memorables. Pero su propuesta quería voluntariamente surgir de la venerada fuente norteamericana, y asumía por ello todos los fundamentos originales de lucidez triste, desencanto y oscuridad."

Como comenzaba diciendo, hasta el momento sólo he leído una novela de la serie, pero ciñéndome a "El balneario" discrepo bastante de esta opinión. Es cierto que recurre a la novela norteamericana pero más para ironizar sobre ella que como posible fuente de inspiración. Por otra parte, el libro no me ha parecido oscuro y triste, diría que todo lo contrario. De hecho, en él abunda el humor, la burla, y al igual que en el caso de Eduardo Mendoza, también la picaresca española. Otra similitud con este escritor es que la novela policíaca no resulta más que la escusa para mostrar al lector el costumbrismo de la época española describiendo los hábitos y relaciones entre los distintos estratos sociales.

Mi único pero: que Carvalho queme un libro y que para colmo esto sea una costumbre recurrente del personaje. El propio Vázquez Montalbán se riñe mediante el personaje del inspector Serrano: "... pero las cosas escritas ya no convencen a nadie. ¿Conoce usted a alguien que crea en las palabras escritas?. Pues bien, a pesar de esta conclusión, y fíjese que tiene que ver con el origen de la conversación, porque usted quema libros y Sánchez Bolín los escribe, yo jamás quemaría un libro... Pero yo no podría quemar libros. Para mí son sagrados. Si consideró que son malos y corruptores, no los leo, pero tampoco los quemaría como usted hace. Y le diré por qué, amigo. Porque a mí me han educado en un respeto a todo lo que cuesta esfuerzo, y hacer un libro cuesta esfuerzo y no lo puede hacer todo el mundo."

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