viernes, 6 de mayo de 2016

El Sapo Kröte II

Sí, soy yo. Por cierto, ¡menudo susto me has dado! - contestó Munchi aún sobresaltada. -¡ Qué alegría !    ¡ por fin te encuentro ! - exclamó el sapito secándose el sudor de la frente mientras salía de la hojarasca. - No era mi intención asustarte, disculpa - añadió sentándose sobre una roca. - No pasa nada, ¿por qué me buscabas? - preguntó la ratoncita interesada. - ¡Uff, uff deja que descanse y te lo cuento!. Créeme, el dar contigo ha sido toda una aventura que ha necesitado de mi gran inteligencia y capacidad deductiva. - dijo Kröte dándose importancia. No estaba siendo muy sincero. Realmente había sido un golpe de suerte, pues llevaba un buen rato perdido dando vueltas en círculo cuando escuchó como los amigos de Munchi la llamaban. Justo en ese momento, los tres aparecieron cargados con sus frutos. - Hola, me llamo Elster y ellos son Pika e Igel - dijo la urraca amigablemente. - Hola, yo me llamo Kröte y estoy encargado de una misión muy importante … ¡Oh! ¡¿eso no serán moras por casualidad?! - dijo señalando con los ojos como platos la recolección de la urraca. - Sí, si te apetecen unas poquitas … - antes de que hubiera podido terminar la frase, el sapito estaba comiendo a dos carrillos ante la cara atónita de Elster- ¡Ummm! están deliciosas - dijo con deleite. - Es verdad que no se pueden comparar a unas moscas jugositas pero …están muy buenas también. - Al darse cuenta de su glotonería, Kröte se puso colorado y dijo - ¡Uy perdona!, ¡he dejado pocas! - dos para ser exactos - dijo Pika con sarcasmo viendo la cara triste de su amiga. - Tenía tanta hambre … para compensarte, os enseñaré una bella poesía. - Acto seguido aclarándose la voz, el sapo se puso de pie ante las caras asombradas del resto, y con cara de mucha concentración comenzó a recitar: - La mosca, la mosca … - pequeño silencio ante el interés de su público - el mosquito, el mosquito … - otra vez hizo una pausa, en esta ocasión algo más larga con sus oyentes expectantes, dudando si el sapito se habría olvidado del resto de los versos - ¡ el moscardón, el moscardón ! - grito de pronto Kröte muy alto asustando a Pika, Elster, Igel y Munchi Munchi que corrieron despavoridos a esconderse, mientras Kröte se partía de la risa. - ¡Kröte! - dijo de pronto una severa voz - ¿¡otra vez haciendo de las tuyas!? ... - Glups, me ha vuelto a pillar - pensó el sapito fastidiado.