Título Original: Sleuth
Año: 1972
País: Reino Unido
Director: Joseph L. Mankiewicz
Guión: Anthony Shaffer
Género: Intriga, Teatro
Reparto: Laurence Olivier, Michael Caine
SINOPSIS
Andrew Wyke (Laurence Olivier) es considerado uno de los más notables escritores de novelas de intriga. Es, además, un fanático de los juegos y las adivinanzas, que ha convertido su gran mansión en una especie de museo donde se exponen los juguetes y mecanismos más extravagantes.
Una tarde, invita a su casa a Milo Tindle (Michael Caine), amante de su mujer y propietario de una cadena de salones de belleza, y le propone un ingenioso plan del que ambos podrían salir muy beneficiados...
CRÍTICA
Esta película es la adaptación al cine de la obra teatral homónima del dramaturgo Anthony Shaffer. Propone una reflexión sobre la representación en el teatro de la vida y la pugna de las clases sociales, plasmando las relaciones de sometimiento entre la burguesía y el proletariado así como los problemas de xenofobia presentes en ella. Siendo como soy una lectora voraz de las novelas de Agatha Christie, no podía dejar de comentar que la cinta presenta múltiples guiños a su obra. De hecho, este guionista adaptó varios de sus libros al cine, labor que comenzó en calidad de corrector de diálogos. En concreto: "Muerte en el Nilo" (1978), "Muerte bajo el sol" (1982) y "Cita con la Muerte" (1987). Anteriormente también había trabajado como guionista en "Frenesí" (1972), una de las últimas películas de Alfred Hitchcock.
La película, al margen de basarse en un excelente argumento y guión, cuenta también con dos grandes de la interpretación, los británicos Laurence Olivier y Michael Caine.
El primero tuvo sus comienzos en el teatro (especialista en la obra de Shakespeare), y durante toda su carrera, pese a su salto a Hollywood, no se desligaría de él. De su paso por el cine, cabe destacar títulos como "Cumbres borrascosas" (1939), "Rebeca" (1940), "Orgullo y prejuicio" (1940), "El príncipe y la corista" (1957), "Espartaco" (1960), "Las sandalias del pescador" (1968) o "Los niños del Brasil" (1978). Por "La huella", fue nominado al Oscar, premio al que optó y logró en múltiples ocasiones. De su vida personal, comentar que estuvo casado en segundas nupcias con Vivien Leigh, de la que se divorció para casarse con la actriz británica Joan Plowright. Su actuación en esta película me ha parecido soberbia. Si mis cálculos no fallan, cuando interpretó al peculiar Andrew Wyke, Olivier tenía sesenta y cinco años. La frase "el que tuvo retuvo" sin duda es muy adecuada en su caso, tanto en lo físico como en lo profesional.
Pasemos a su partenaire Michael Caine. Al igual que en el caso anterior, este británico de ascendencia irlandesa por parte de padre, también se inició en el teatro. Orgulloso de sus orígenes humildes y de su acento cockney, en 2000 sería nombrado Sir. Ha sido nominado al Oscar en varias ocasiones, obteniendo la estatuilla como mejor actor de reparto en dos de ellas: "Hannah y sus hermanas" (Hannah and her Sisters - 1986) y por "Las normas de la casa de la sidra" (The Cider House Rules - 1999). En el caso particular de "La huella", al igual que su compañero, fue nominado en la categoría de mejor actor por su interpretación del joven y ambicioso Milo Tindle. Personalmente creo que está magnífico. Termino con una curiosidad. En 2007, aparecería en el remake de esta película, dirigido por el irlandés Kenneth Branagh. No soy nada partidaria de nuevas versiones de clásicos. Haciendo memoria, no logro recordar ninguno que me haya parecido medianamente aceptable. Sin embargo, es probable que me anime con éste pues ofrece la oportunidad de ver a Caine en la otra cara de la moneda: en esta ocasión interpreta al excéntrico escritor Andrew Wyke.
Termino. A mí personalmente me ha encantado y aquellos amantes de la novela policíaca, y/o del teatro, y/o del cine, sin duda disfrutarán con ella.
Puntuación:
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