La Dama de Blanco

SINOPSIS

Walter Hartright se regala un paseo nocturno por el páramo antes de traslardarse a Limmeridge para dar clase de dibujo a Laura, la rica heredera del barón Frederick Fairlie y a Marian Halcombe, hermanastra de ésta. De repente, por el camino más solitario y oscuro, una mano se posa en su hombro y, al volverse, una mujer de rostro pálido y mirada angustiosa se inclina hacia él... La dama de blanco, basada en un hecho real, se publicó por entregas en una revista dirigida por Dickens, amigo del autor.

La obra de Wilkie Collins aúna melodrama, suspense y una destacada innovación en la estructura narrativa - rasgo perfilado en La dama de blanco y madurado en La Piedra Lunar, dos novelas reconocidas como maestras por Borges y otros autores-. Hijo de un célebre paisajista, nació en Londres en 1824. Educado en un ambiente intelectual y artístico, estudió Derecho, profesión que alternó con la de actor. Murió en 1889.

CRÍTICA

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con la lectura de un libro. Ha sido como retrotraerme a mi infancia, cuando por la noche devoraba las páginas de mis cuentos o libros infantiles, tratando de arañar unos cuantos minutos más a la hora en la que se debía apagar la luz. De la misma forma que entonces, el libro me ha envuelto en su mundo desde la primera hasta la última de sus páginas, y tiene bastante mérito si consideramos que la novela son dos tomos de casi cuatrocientas cada uno.

El primero de ellos, no puede ser considerado una novela de investigación o misterio típica. Realmente yo la clasificaría más dentro de la narrativa gótica por su ambientación romántica, paisajes intimistas y sombríos, por sus personajes fascinantes, contando como no con muchachas en apuros, donde no existen elementos sobrenaturales explícitamente expuestos pero sí sugeridos. Por buscar un símil, salvando las distancias, me parece en la línea de Jane Eyre. En esta primera parte, a diferencia de otras novelas de misterio, el autor no nos expone brevemente los antecedentes mínimos necesarios para pasar a la enjundia: es decir, a la investigación del caso. Wilkie Collins por el contrario, se recrea ampliamente en los ricos personajes y en las relaciones entre ellos. Además, el autor hace uso de descripciones detalladas tanto de lugares como de los personajes para recrear una atmósfera, que sin duda, envuelve al lector. Yo en ningún momento me he impacientado ante una prosa tan costumbrista a la espera de que fuese mostrada la parte de la investigación. Siendo sincera, sólo algunas de las partes en las que Walter Hartright expresa sus sentimientos por Laura, sí me han resultado algo difíciles de leer por su tinte empalagoso. No obstante, es mi único pero y en justicia tampoco abundan con frecuencia.

Centrándonos en Collins como escritor de novela de misterio, podemos comentar varios puntos fuertes. Por ejemplo, al haber comenzado a estudiar derecho, poseía muchos conocimientos jurídicos que sin duda aportan a la novela solidez y verosimilitud. Otro aspecto a resaltar, consecuencia de esta misma formación, es la estructura narrativa. Al tratarse de una novela epistolar, cada parte del libro cuenta con un narrador diferente lo que aporta distintos puntos de vista de los acontecimientos. De hecho, en el propio preámbulo del libro el autor dice: “-la historia que aquí se presenta se le dirá por más de una pluma, como la historia de un delito contra las leyes se cuenta en el tribunal de justicia por más de un testigo.-” Por otra parte, y aunque pueda parecer un contrasentido con lo que comenzaba diciendo en esta crítica, el ritmo de la trama resulta apasionante y trepidante, una vez que se nos presenta ésta claro.

Más allá de la historia de investigación, lo que realmente me ha enamorado son sus personajes, en particular dos de ellos: el increíble Conde Fosco y la sin par Marian Halcombe, así como la relación que se establece entre ambos, pues pese a ser Némesis el uno de otro, no pueden evitar sentir fascinación y respeto mutuos. No quiero explayarme con ellos por no condicionar a quien pudiera leerme y quisiera animarse con la novela. Baste decir que simplemente por estos dos personajes, la lectura merece la pena.

Concluyo sin más adjudicándole la máxima puntuación y con una nota mental: “Apuntar en mis próximas lecturas La piedra lunar.”

Puntuación: