miércoles, 1 de octubre de 2014

El crimen de las medias de seda

SINOPSIS

Roger Sheringham, novelista de éxito y detective amateur, se ve envuelto en un estremecedor y complejo caso que une el suicidio de la hija de una corista, la desaparición de la hija de un párroco de pueblo y la muerte de tres chicas que aparecen ahorcadas con medias de seda. Con su sagacidad psicológica y su original método deductivo, Sheringham acabará desvelando el mapa de los asesinatos que se esconden tras el misterio.

CRÍTICA

Anteriormente ya hice una crítica sobre otro libro de este autor: "El misterio de Layton Court" y a diferencia de aquel, "El crimen de las medias de seda" me ha decepcionado. Paso a explicar por qué.

Comienzo con la trama. Me parece que para la época intenta plantear una idea original pero en mi opinión comete un gran error. Aunque personalmente prefiero las novelas que parten de una serie finita de sospechosos, he leído muy buenos libros que no cumplen esto. "El crimen de las medias de seda" pareciera ser de este último tipo, al presentar en su origen un asesino en serie sin identidad. El problema es que Berkeley a medida que se desarrollan los acontecimientos, mezcla las dos estrategias sin orden ni concierto y como resultado aparecen varios sospechosos incluidos con calzador, y un final tremendamente previsible. Es de justicia reconocerle el intento de inclusión de pistas e indicios lógicos: causas forenses, huellas dactilares, mensajes anónimos etc, sin embargo, algunos no están bien explicados y en consecuencia restan verosimilitud al argumento.

Pero lo que más me ha decepcionado es el cambio sufrido en el personaje de Roger Sheringham, su detective amateur. A diferencia de lo que comenté en el caso de "El misterio de Layton Court", lejos de resultar tenaz, entusiasta y de comportarse de manera realista, resulta prepotente, insolente e irritante. Especialmente en "su didáctica" manera de resolver el misterio, del que no comentaré para evitar espoilear.

Por otra parte, los personajes femeninos que aparecen en la novela, tienen la misma transcendencia que unos maniquíes desnudos en un escaparate. Esto no sería un problema si se describiera así a las muchachas víctimas del asesino en serie, pero cuando lo que supuestamente se pretende es presentar a la valiente e intrépida heroína femenina de esta manera, objetivamente resulta un churro.

Poco más que comentar, salvo que no creo que con esta novela Berkeley estuviera muy a la altura del Club al que representaba. Como se puede deducir de todo lo escrito, no me parece especialmente recomendable, incluso dudo si me animaré con "El caso de los bombones envenenados", pero dado que a mar sí le gustó, es posible que lo indulte en un futuro.

PUNTUACIÓN



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