Delitos y faltas

Título Original: Crimes and Misdemeanors
Año: 1989
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Género: Drama, comedia
Reparto: Woody Allen, Alan Alda, Claire Bloom, Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau, Jerry Orbach, Caroline Aaron, Sam Waterston, Joanna Gleason, Martin Bergmann, Jenny Nichols, Daryl Hannah

SINOPSIS

Judah (Martin Landau) y Clifford (Woody Allen) son dos hombres enfrentados a sendos dilemas morales de diferente gravedad. Cuando Judah, un reputado oftalmólogo, pretende poner fin a su relación extraconyugal, su amante (Anjelica Huston) lo amenaza con arruinar su vida contándoselo todo a su esposa ( Claire Bloom); según su hermano Jack (Jerry Orbach) la única solución es asesinarla. Por su parte, Clifford es un director de documentales que se ve obligado a rodar una película sobre su cuñado (Alan Alda), al que desprecia. 

CRÍTICA

Me parece que ya lo he comentado en otras ocasiones. Me gusta mucho Woody Allen. Desde luego como director (pese a opinar siendo profana a nivel técnico) pero también como "actor", aunque soy consciente de que Allen más allá de tener un registro pobre, simplemente lo que hace es interpretarse así mismo. Supongo que lo que ocurre es que su "yo" me cae simpático. Comparto su sentido del humor, no especialmente agudo o incisivo, pero que logra conmoverme. Me gusta especialmente que éste suele ir dirigido hacia si mismo, como una especie de pseudoterapia que le permite convivir con la inseguridad, la timidez ... Quizás es por esto que su cine me suele resultar balsámico. Sin embargo con "Delitos y faltas" no me ha sucedido así. Creo que es la primera película suya a la que me cuesta adjudicar la etiqueta de comedia. En todo caso, con esto que comento no quiero dar a entender que no me haya gustado, todo lo contrario. Aunque pueda parecer un contrasentido, creo que es de justicia situar esta cinta entre las mejores de Allen.

Como suele ser habitual en él, vuelve a plantearnos temas transcendentales, en esta ocasión haciendo especial hincapié en la religión y los conceptos que ésta intenta manejar: moral, ética, fe, culpa, pecado, justicia ... Quizás, y en línea con lo que comentaba antes, lo hace de forma bastante menos edulcorada, mucho más cruda. Eso sí, y en mi opinión otro punto a su favor, utilizando su guión para cuestionarse, no con la intención de adoctrinar. Llega incluso a plantear cuestiones filosóficas, de la mano de uno de sus personajes más especiales: el profesor Louis Levy. A modo de ejemplo, el siguiente apunte:
"[...]en todo momento nos encontramos ante decisiones morales, y nosotros somos la suma de nuestras decisiones; es sólo nuestra capacidad de amar lo que da sentido al universo. Mucha gente encuentra la felicidad en cosas sencillas: la familia, el trabajo[...]"

Mejor ya no desarrollo más en esta línea, pues no quiero spoilear. Otro aspecto que me ha gustado mucho, y que dice en favor de Allen en esta ocasión en su faceta como director, es su capacidad de plantearnos dos historias en paralelo, dándoles a ambas la profundidad necesaria sin desmerecer a ninguna de ellas. Esto mismo es extensible a cada uno de sus polifacéticos personajes. Bueno por ser honesta, me ha parecido una excepción la interesante tía May, de la que creo que hubiera podido sacar mucho más jugo.

Por otra parte, más allá del guión es indudable que Allen hace una apuesta segura con el reparto. Para muestra "varios botones": Nos encontramos con Martin Landau en el papel de Judah. Magnífico sin más. Al solvente Alan Alda, que da vida al insufrible cuñado de Clifford. Actor por cierto recurrente en el cine de Allen ("Misterioso asesinato en Manhattan - 1993", "Todos dicen I love you - 1996"). A una excelente Anjelica Huston, en el papel de Dolores Paley, la amante despechada. Y por supuesto Mia Farrow ("Sombra y niebla", "Terror ciego"), por aquel entonces su pareja, lo que en mi opinión transciende (para bien) en la pantalla.

En resumen, parafraseando a Garci, "¡Qué grande es el cine!". Más que recomendable.

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