sábado, 2 de junio de 2012

Más vale pedir perdón
que pedir permiso

SINOPSIS 

¿Cómo conseguimos infiltrar a una falsa premiada de la lotería de Navidad? ¿Por qué nos pilló Rouco Varela en una de nuestras operaciones? ¿Cuál fue nuestra reacción cuando Zapatero dijo "Bardem" en el cara a cara con Rajoy? ¿Cómo nos infiltramos en "El diario de Patricia"? ¿Cómo le entregamos la guitarra del Chikilicuatre al Papa? ¿Por qué nos detuvo la Guardia Civil en Santa Coloma y casi acabamos ante Garzón? ¿Por qué nos amenazó Falange Española? ¿Cómo conseguimos el teléfono móvil de Luis Aragonés? ¿Cómo nos ligamos a los guardaespaldas de Berlusconi? ¿Quién nos hizo descartar la idea de invadir el islote de Perejil? ¿Por qué nos traicionó una tuna antes de un mitin de Rajoy y Paco Camps? ¿Cómo conseguimos que el Opus Dei casi nos contrate para una de sus fiestas? 

Las respuestas a estas preguntas, y otras, están en este libro. Un libro del que podríamos decir que, gracias al prólogo de Quim Monzó y al epílogo de Jose Corbacho, seguro que empieza y acaba bien. O no...

CRÍTICA 

Me reconozco una fiel seguidora del programa Salvados. Por eso, mi hermanita (que me tiene muy calada :P), me regaló este libro por mi cumpleaños. Si tuviera que definirlo en una palabra, diría que es anecdótico, pues se trata de una serie de relatos breves sobre sucesos curiosos no conocidos del programa. Comprende, eso sí, el período previo a que estallara la crisis. Aprovecho para un inciso, personalmente prefiero las últimas temporadas, gracias a las cuáles estoy aprendiendo más sobre economía, sistema, política nacional e internacional etc..., que en años de lectura de periódicos y escucha de arengas incomprensibles por parte de determinados "analistas políticos".

Volviendo al libro, es evidente que Jordi Évole no pretende hacer literatura excelsa. Su estilo es propio de un periodista/articulista que tiene como principales recursos el humor y el chascarrillo, sin más finalidad que la de entretener al lector. En mi caso, el resultado ha sido el esperado. En dos días (literalmente) lo he terminado y sin caer en la carcajada, la mayor parte del tiempo en mi cara se ha dibujado una sonrisilla.
  
PUNTUACIÓN

No hay comentarios:

Publicar un comentario